martes, 15 de diciembre de 2009

LA PRIMERA LECCION

Hijo mío; si quieres ser dichoso, graba en tu corazón estas palabras, y dirige con ellas tus acciones, pues como luz harán tu senda clara. Eleva siempre a Dios tu pensamiento, dirígele a menudo tus plegarias, y que todos los actos de tu vida, se inspiren del Señor en la alabanza. Ama a tus padres con amor profundo, dales siempre la ayuda necesaria, con tu bondad alégrales la vida, respeta sus arrugas y sus canas; de tu maestro escucha los consejos, y haz tu deber alegre y sin tardanza. A ningún ser maltrates ni lastimes, ni hieras con la acción o las palabras, pues muchas veces éstas más filosas que un agudo puñal hieren y matan. No manches la pureza de tu cuerpo, defiende la inocencia de tu alma, al mal consejo cierra los oídos, del mal placer tu corazón aparta. No tomes lo que te pertenece, ni codicies el bien que otros alcanzan, mas da gracias a Dios por lo que tienes, y aun la pobreza te será abundancia. Retén tras de tus dientes la mentira, no des salida a la calumnia baja, guarda el secreto que otro te confía, y no escuches jamás a quien difama. Hijo mío, si escuchas mis consejos y cumples fiel cuanto la Ley te manda, rebosará tu pecho de alegría, después, la Gloria gozarás en calma. Anónimo

No hay comentarios:

Publicar un comentario