miércoles, 21 de agosto de 2019

Mary Wagner, una heroína de la lucha contra el aborto

Mary Wagner espera su juicio presa en Canadá , por entregar una rosa y hablar del valor de la vida de su hijo a una mujer que esperaba su turno en un centro de abortos . Los días 9, 10 y 11 de Septiembre la juzgaran ,desde aquí muchos argentinos estaremos acompañando con nuestra oración a esta valiente.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Del blog de ARCADEI

San Esteban, lleno de gracia y de fortaleza

San Esteban 04 05
Esteban, lleno de gracia y de fortaleza (Hech 6, 8) ¿Hubo jamás en menos palabras elogio tan magnífico? A solo el Espíritu Santo toca conocer bien y alabar dignamente a los santos que él mismo ha formado. Esteban, lleno de gracia y de fortaleza. Al saludar el ángel a María se sirve de la misma expresión. La plenitud es diferente, así por la excelencia de las gracias, como por lo que mira a la diferente capacidad de los sujetos; pero siempre es verdad que después de María no hay otro que San Esteban a quien se haya caracterizado con el magnífico título de lleno de gracia y fortaleza. 
San Lucas no nos señala qué milagros y prodigios eran los que obraba San Esteban; pero ¿No era un milagro bastante grande su fortaleza y su intrepidez heroica? Son estos unos milagros que nosotros debemos intentar hacer, y que debemos esperar hacer con la ayuda de la gracia. No hay ninguno de nosotros que no tenga bastante gracia para hacerse santo; ninguno que no pueda tener bastante fortaleza y que no deba tener bastante ánimo para despreciar las engañosas máximas del mundo, tan contrarias a las máximas del Evangelio, para domar sus pasiones, para resistir a la tentación, y para practicar las obras de misericordia.
El odio reúne todas las sinagogas contra la Iglesia que acaba de nacer. Ésta fue su suerte en todos los tiempos, ver todas las sectas reunirse contra ella; pero su gloria fue no sufrir ni tolerar ninguna, combatir con todas, y verlas a todas arruinarse y extinguirse. Estando la religión fundada sobre la fe, que es como su alma, y siendo los fieles hombres, es decir, de un espíritu muy limitado, esclavos de sus sentidos y de su amor propio, parece no podía suceder que no hubiese herejes casi al mismo instante que hubo cristianos; pero en fin, la Iglesia ha tenido la gloria y el consuelo de ver nacer y morir todas las sectas: levante el infierno cuantas quiera hasta el fin de los siglos, todas tendrán la misma suerte.
Ninguna cosa es más violenta que el error confundido y humillado; para vengarse y sostenerse no se avergüenza de recurrir a los más indignos artificios y a las más negras imposturas; la calumnia, la venganza más maligna, la mala fe, los enredos, de todo echa mano. Esto se ve claramente en la rabia de los judíos contra San Esteban. Pero ¡qué consuelo, Dios mío, para vuestros siervos pensar que no son tratados sino como Vos lo fuisteis!
Fuente J. Croisset, SJ, Año cristiano

FELIZ Y SANTA NAVIDAD 2018

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sábado, 11 de febrero de 2017

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

Nuestra Señora de Lourdes
11 de Febrero


El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX había definido el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Como queriendo indicar que el cielo ratificaba lo que había hecho en la tierra el Vicario de Jesucristo, el 11 de febrero de cuatro años después (1858), la Virgen María se aparecía a la niña Bernardita Soubirous. Y lo hizo dieciocho veces en total... En la abertura de la roca de Massabielle se alza ante su vista una joven, inmóvil y silenciosa; "tan bella que cuando se la ha visto una vez, se querría morir para volverla a ver". Vale la pena escuchar a ella misma relatar, con su gran ingenuidad, lo que allí pasó:

"Cierto día fui a la orilla del río Gave a recoger leña con otras dos niñas. Enseguida oí como un ruido. Miré a la pradera, pero los árboles no se movían. Alcé entonces la cabeza hacia la gruta y vi a una mujer vestida de blanco, con un cinturón azul celeste y sobre cada uno de sus pies una rosa amarilla, del mismo color que las cuentas de su rosario. Creyendo engañarme, me restregué los ojos; pero alzándolos, vi de nuevo a la joven, que me sonreía y me hacía señas de que me acercase. (..) "
"Entonces se me ocurrió rezar y metí la mano en el bolsillo para buscar el rosario. Me arrodillé. Vi que la joven se santiguaba... Mientras yo rezaba, ella iba pasando las cuentas del Rosario (..) Terminado el rosario, me sonrió otra vez, se elevó un poco y desapareció. (..) Aquella Señora no me habló hasta la tercera vez...

Vale la pena recordemos un poco a Santa Bernardita Soubirous. Nació el 1844 y fue la mayor de seis hermanos. Era una chica sencilla, sin apenas preparación ni cultura pues sus padres, sumamente pobres, no pudieron enviarla a hacer estudios especiales. En la tercera aparición le dijo la Virgen María: "No te haré feliz en este mundo sino en el otro". Y se cumplió. No fue en su vida ni seglar ni religiosa llevada en palmitas como se podría suponer.


El día once de febrero de aquel año 1858 cayó en jueves. Era un día crudo de invierno. Bernardita acompañada de su hermana Toneta y su amiguita Juana, marchan para ver si encuentran leña para calentarse en la lumbre. Su madre le había encargado a Bernardita que, como gozaba de poca salud y se constipaba enseguida, procurase no mojarse los pies. Su hermana y Juana cruzaron el riachuelo. Ella se quedó sola y es entonces cuando llegó la aparición que ya hemos visto relatada de su pluma...
Cuando volvieron Toneta y Juana les preguntó Bernardita: ¿"Habéis visto algo?" Bernardita estaba radiante, y ellas, todo curiosas, le preguntaron: ¿"Y tú, qué has visto?"... Con gran sigilo, y no sin antes hacerles prometer que a nadie lo dirían, les refirió la visión que había tenido... Pero... llegadas a casa todo se descubrió. El calvario que esperaba a la pobre Bernardita no es fácil describirlo en pocas líneas. Le prohibieron volver a la gruta, pero impulsada por una fuerza interior, allí acudió y allí vio a la Virgen dieciocho veces. En la sexta, el 21 de febrero, "dirigió un momento la mirada por encima de mi cabeza, para recorrer el mundo. Después, volviéndola llena de dolor sobre mí, me dijo: "Ruega a Dios por los pecadores". Igualmente, varias veces, después: Penitencia, penitencia. En la undécima, este encargo: Vete a decir a los sacerdotes que hagan construir aquí una capilla,
Y dos días más tarde: Deseo que se venga aquí en procesión.
El 4 de marzo una madre sumerge a su hijo enfermo en el manantial nuevo, que se ha abierto paso al lado de la gruta; y proclama la primera su alegría, al sentir sano a su hijo.
El 25 de marzo "viéndola tan amable, le pregunté su nombre. Me sonrió. Se lo volví a preguntar, y volvió a sonreírse. Insistí de nuevo, y me dijo"Soy la Inmaculada Concepción". El 16 de julio, más hermosa que nunca, sonriendo con dulzura inefable, inclinó la cabeza en señal de despedida y desapareció".

Pronto aquel humilde paraje de Lourdes se hizo famoso en todo el mundo. Empezaron a acudir peregrinos venidos de todas partes, hasta ser un lugar de Peregrinación para Europa y otras partes del mundo. No hay duda de que es uno de los Santuarios más visitados y más venerados de todos los continentes. Allí han ido descreídos y han encontrado la fe. Enfermos de cuerpo y de alma, y han hallado la salud para ambas cosas o para una de los dos. Allí se respira una gran devoción, la presencia de Jesucristo en la Eucaristía, del amoroso perdón y de la actividad de la Mediadora de todas las gracias. Quien la visita una vez sale con el firme propósito de volver una y más veces para poder experimentar la presencia sobrenatural que allí se respira. Son muchos los milagros que desde la Gruta de Massabielle obra la Virgen María a cuantos acuden a Ella.

Cuando ocurre una curación de forma incomprensible, el médico responsable de la peregrinación, da cuenta de ello al doctor encargado de la oficina médica de Lourdes. Si el proceso indagatorio es positivo, el caso es elevado al Comité Internacional de Lourdes, con sede en París, compuesto por unos 30 facultativos de todas las especialidades y pertenecientes a diversas razas, ideologías, nacionalidades y creencias, incluso agnósticos. Y finalmente entra en juego la autoridad eclesiástica. El estudio en cada caso es minucioso, y para admitir el posible milagro, exige cuatro requisitos:

a) Dolencia incurable o curable sólo excepcionalmente.
b) Total ineficacia de los remedios empleados en su tratamiento.
c) Que haya sobrevenido de manera instantánea o casi instantánea.
d) Que haya sido absoluta.

Quien quiera más detalles puede consultar la sección "Curaciones y milagros" de la página web del santuario (http://www.lourdes france.com/hola.htm).
El diario francés "Le Monde" documentó en su edición del 22-23 de diciembre, el último milagro reconocido oficialmente en Lourdes, experimentado por el señor Jean Pierre Bely, francés de 66 años, enfermero, paralizado por una esclerosis múltiple.

El diario laico vespertino ofrece toda una página (la 12) con muchos detalles sobre esta curación, científicamente inexplicable, de una enfermedad que el señor Bely comenzó a sentir en 1972. Cuando fue de peregrinación a Lourdes, el 5 de octubre de 1987, había sido reconocido por el sistema sanitario francés con un grado de invalidez del cien por cien.
El milagro acaeció en octubre de 1987 cuando el señor Bely llegó a Lourdes en condiciones dramáticas, pues quienes lo acompañaban creían que no podría terminar el viaje. Al concluir la peregrinación, recibió la unción de los enfermos en la explanada del santuario. Cuando regresó a su casa tras la peregrinación, ya podía caminar. Hoy día han desaparecido prácticamente todas las secuelas de la enfermedad que parecía acabar con su vida. El doctor Patrick Fontanaud, médico que le atendió, agnóstico, reconoce abiertamente que no se explica científicamente lo que sucedió.
El doctor Patrick Theillier, jefe de la oficina médica de Lourdes, reveló a "Le Monde" que está a punto de concluirse el proceso de reconocimiento de otras dos curaciones milagrosas acaecidas en el santuario: una joven francesa de 25 años y una italiana de 60, ambas curadas en 1995.
Si los dos procesos concluyen positivamente, serían las curaciones número 67 y 68 reconocidas a lo largo de estos 145 años.

ORACIÓN PARA PEDIR LA SALUD DE LOS ENFERMOS

¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre nuestra! Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a vuestro maternal corazón, para pediros que derraméis a manos llenas el tesoro de vuestras misericordias sobre nosotros.
Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuchéis: pero acordaos, os diré como vuestro siervo San Bernardo, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Vos haya sido abandonado de Vos. ¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima! Ya que Dios obra por vuestra mano curaciones innumerables en la Gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guardad también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo…(dígase el nombre del enfermo/a). Alcanzadle de vuestro Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios. Pero mucho más, alcanzadnos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en los Sagrarios. Amén.

Virgen de Lourdes, ¡ rogad por nosotros !.
Consuelo de los afligidos, ¡ rogad por nosotros !.
Salud de los enfermos, ¡ rogad por nosotros !.
Rezar tres Avemarías.

EXTRACTADO DE LOURDES EN DIRECTO


domingo, 25 de diciembre de 2016

lunes, 14 de marzo de 2016

EL SAGRARIO EN EL LUGAR QUE NUNCA DEBIÓ HABER DEJADO

Obispo ordena situar los Sagrarios en su lugar

Mons. Robert Morlino, obispo de Madison (Wisconsin, EE.UU), explica en una entrevista la razón por la que ha ordenado que antes de octubre del 2018 todas las parroquias de su diócesis "deben tener el Sagrario en el lugar más preeminente de los templos, en el centro del altar mayor."


 Fue muy común en los años siguientes al Concilio Vaticano II retirar los sagrarios de los altares mayores de los presbiterios de las iglesias. Muchos vieron en ello una manera de transformar los templos para que pasaran de ser la casa de Dios a ser la casa del pueblo, algo que pareció útil para hacer presente al catolicismo en el mundo moderno.
Sin embargo, el obispo Robert Morlino ve la situación de otra manera. El prelado, de 69 años, nacido en Scranton (Pennsylvania), advierte que el templo no es la casa del pueblo, sino la casa de Dios (domus Dei). Una vez eso queda establecido, cree el prelado, la reverencia se convierte en la norma habitual de comportamiento de los fieles.
Este convencimiento lleva a Mons. Morlino a devolver el sagrario a la posición más preeminente en la iglesia Catedral de Santa Elena, en Helena, Montana, durante el corto tiempo que sirvió allí como obispo. Al ser nombrado obispo de Madison, Wisconsin, en el 2003, esa misma idea sobre el lugar adecuado para el sagrario –de acuerdo al canon 938 del Código de Derecho Canónico– empezó a hacerse clara para los párrocos de su diócesis. Algunas parroquias reubicaron sus sagrarios apropiadamente, pero otras aún no lo han hecho, así que el año pasado se estableció como fecha límite para hacerlo el mes de octubre de 2018.
Recientemente, Mons. Morlino concedió una entrevista sobre esta fecha límite, sobre la música sacra de la diócesis de Marquettte en Michigan y sobre algunos conceptos litúrgicos generales.
¿Por qué instruyó a los párrocos de la diócesis para que trasladen los sagrarios al centro del altar mayor si no lo han hecho todavía?
Será una sorpresa para muchos fuera de la diócesis, pero el asunto de la ubicación del sagrario no es algo reciente. Empecé a hablar a los párrocos de Madison sobre este tema cuando llegué hace 12 años. Así lo hice porque, de hecho, el templo es la casa de Dios y el sagrario debería estar colocado en el centro del templo. Desde entonces, algunos párrocos han seguido esta instrucción, pero aún hay trabajo por hacer, así que pusimos una fecha límite.
Para una comprensión básica sobre la ubicación del sagrario o cualquier otra práctica relacionada con el templo, debe entenderse siempre que estamos hablando de la casa de Dios. Si fuera una cuestión simple, si el templo fuera nuestra casa, habría margen para decidir lo que ponemos y dónde lo ponemos. Si fuera nuestra casa, cantaríamos canciones que nos puedan parecer llamativas, podríamos poner cuadros sobre temas sin relación con la historia de la salvación y podríamos poner a un lado a Nuestro Señor.
Sin embargo, como el templo es, de hecho, la casa de Dios, su presencia en el Santísimo Sacramento debe estar en el frente y en el centro. Una vez que eso se cumple, todo lo demás queda en su lugar correcto. Si Nuestro Señor es entronizado en la parte más preeminente del templo, se hace claro de inmediato que allí solo cabe una música que sea sacra, que el arte que muestra solo puede ser sagrado: es un edificio sagrado, separado para adorar al Señor en espíritu y en verdad.
¿Qué piensa sobre las objeciones que dicen que trasladar el sagrario desplazará al coro o evitará que la gente participe en la Misa?
Esas objeciones no se dan cuenta de cuál es el centro de nuestra fe: la persona de Jesucristo. Jesús es nuestro Rey y Señor, y eso debemos mostrarlo claramente en la liturgia, no esconderlo. La forma en que se distribuye lo que hay el templo demuestra en qué creemos. Cuando el coro está detrás del altar o en el presbiterio, se manda un mensaje equivocado –decimos que la música debe ser el centro de nuestra adoración–. La segunda objeción –sobre la participación activa–, es extremadamente ridícula. ¿Cómo podría Nuestro Señor distraernos de nuestra adoración? Es como decir que Él nos está distrayendo a través de Él mismo.
Afortunadamente, apenas se han presentado objeciones serias en Madison. La gente percibe naturalmente lo que está bien, así que cuando hay una preparación adecuada, aprecian los cambios que realmente nos acercan más a Dios. Podría haber algunas reticencias al principio, pero luego llega la gratitud por una liturgia bien hecha. La bondad, la verdad y la belleza siempre traen orden y paz a las almas.
La música sagrada es un medio principal a través de la cual se transmite bondad, verdad y belleza. ¿Qué piensa de la directiva del Mons. John Doerfler sobre la música sacra en la diócesis de Marquette, Michigan?
Probablemente hay una relación entre la música sacra en Marquette y la ubicación del sagrario en Madison. En ambos casos, ha habido revuelo mediático por el asunto de las fechas límite, pero esas fechas han venido precedidas de años de catequesis y razonamiento.
Cuando el arzobispo Alexander Sample, de Portland, Oregon, estuvo en Marquette, exhortó los fieles sobre la importancia de la música sacra. Esta catequesis sirvió de fundamento para la directiva reciente del obispo Doerfler. Creo que estuvo motivado por el deseo de llevar a la gente más cerca de Dios a través del arte y la música. Este deseo es de gran importancia, porque la calidad de la música hoy día es muy cuestionable en muchas parroquias. Las melodías son banales, las letras en algunos casos llegan a ser heréticas y eso difícilmente inspira reverencia y admiración hacia la Majestad de Dios.
Tambièn estamos fomentando el uso de verdadera música sacra en la diócesis de Madison, aunque por el momento no tenemos fecha límite. Quizás la fijemos más adelante, pero por ahora es bueno indicar que la Iglesia da al canto gregoriano un lugar privilegiado en los servicios litúrgicos. Este tipo de música humilde, reverente y orante está ganando terreno, por el trabajo de párrocos con una profunda experiencia musical, como el reverendo benedictino Abbot Marcel Rooney y el padre benedictino Samuel Weber.
¿Hay otros conceptos litúrgicos o arquitectónicos que esté considerando en su diócesis?
Otro ejemplo de algo que estamos considerando en Madison, pero que para muchos fuera de esta diócesis pasa desapercibido, tiene que ver con la distribución de la Sagrada Comunión. Es una práctica antigua el que sólo la Hostia sea distribuida a los fieles. Se permite que la Preciosa Sangre sea distribuida en ciertas ocasiones y bajo ciertas condiciones, pero si revisa los documentos de la Iglesia, es claro que hablamos de excepciones, no de la norma habitual.
El remedio para cualquier cuestión litúrgica es simple: Siga las normas de la Iglesia. Un documento que no ha recibido mucha atención en los Estados Unidos pero que tiene el potencial de cambiar las cosas para bien, vino de San Juan Pablo II en 1997. Se llama «Sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes». Explica, entre otras cosas, que los ministros extraordinarios de la comunión no pueden ser un recurso habitual para la Misa. Solo se permite usarlos cuando es realmente necesario, y esta necesidad ocurre con menos frecuencia de lo que muchos se imaginan.
Una clara distinción entre el clero y los laicos ayuda a mostrar la integridad de la fe católica de mejor manera.
Todo lo que hacemos en la liturgia es catequético –lleva un mensaje–. El mensaje podrá ser cierto o falso, pero siempre hay un mensaje. Cuando los laicos distribuyen la Sagrada Comunión en todas las Misas, la distinción entre los ordenados y los laicos se oscurece. Es un mensaje erróneo, pero es el que se está mandando.
Si no hacemos la liturgia bien, no hacemos nada bien. La liturgia es primordial en la vida de un católico; es un encuentro íntimo con el Dios Vivo. Es claro, entonces, que necesita ser hecha en verdad, en lugar de hacerla de acuerdo a nuestros caprichos. Necesitamos tener la humildad de permitirle a Dios ser Dios y revelarse a sí mismo como realmente es. Entonces realmente puede trabajar en nuestras almas para el mayor bien de la humanidad.
¿Es esa la motivación para lo que ha hecho en Madison?
Mi mayor motivación es la santificación de mi pueblo. Solo me pregunto «¿Qué puedo hacer para que las almas a mi cuidado sean santas?» Entones, con la ayuda de Dios, hago eso. No es nada extraordinario. Es sólo hacer lo que debo hacer como obispo. Eso puede generar titulares en los periódicos, pero no debería.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

PADRE LEONARDO CASTELLANI- LA INMACULADA CONCEPCION

Inmaculada Concepción La Concepción sin Mancha de María Santísima ha sido definida como dogma de Fe hace poco más de un siglo por Pío IX; pero esta fiesta se ha celebrado desde los primeros siglos de la Iglesia, y la Iglesia ha creído siempre en eso. No hay que confundir la Concepción sin Mancha de María con la Concepción Virginal de Cristo, como hace hoy alguna gente. Que las confunda nuestro gran José Ingenieros vaya y pase, pues el gran Ingenieros fue un gran macaneador; pero que no sepa su catecismo Miguel de Unamuno en España y Víctor Hugo en Francia, eso es estupendo y muestra la ignorancia y temeridad de muchos "sabios" de hoy día. Cristo fue concebido sin obra de varón; la Virgen fue concebida sin el pecado hereditario del hombre: eso lo saben nuestros paisanos cuando rezan el Bendito: "Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar y la Virgen María concebida sin mancha de pecado original desde el primer instante de su ser natural". Martín Fierro sabía el Bendito, por tanto sabía también el Padrenuestro y el Avemaría. El pecado hereditario del hombre es un misterio de la Fe y hasta parece contradictorio; porque si es pecado no es hereditario y si es hereditario no es pecado; pues para que haya pecado tiene que haber voluntad. El pecado original es pecado y no es pecado: no es un pecado actual hecho por mi voluntad y que merezca castigo, es más bien un castigo; es un pecado heredado, como se hereda una enfermedad o la propensión a una enfermedad; ya que él consiste en la "concupiscencia", en el desorden de nuestra naturaleza, que nace inclinada al pecado; pero si yo NO cedo a esa mala inclinación, no me voy a ir al Infierno. Lo malo es que cedo; porque como dice el español: En esta vida torcida Quien mal anda mal acaba Y en casa del jabonero El que no cae, resbala. "Dios hizo a Adán a imagen y semejanza, varón y mujer lo hizo" —dice el Génesis. Adán en hebreo significa "el hombre": cuando Dios hizo la primera pareja hizo simplemente toda la especie humana porque puso en ella la facultad de procrear. El pecado lastimó la naturaleza misma del hombre, por tanto también la facultad de procrear. Dios puso a Adán y Eva en el Paraíso, y les dio la gracia santificante y muchos dones superiores a nuestra natura; como el don de integridad, por el cual el cuerpo estaba sujeto a la razón, y la razón a la Fe, la Fe a Dios. Nuestros primeros padres perdieron esos dones, y la culpa no fue toda de Eva, la peor culpa fue de Adán —según cuentan; y estando desnudos tuvieron que vestirse porque el cuerpo se insubordinó contra el espíritu por haberse ellos insubordinado contra Dios. El pecado cambia la naturaleza misma: apenas han pecado, se sienten cambiados y se esconden. 1. Adán ¿por qué te has escondido? 2. Porque estoy desnudo. 3. Y antes ¿no estabas desnudo? Ah, es diferente la desnudez de la inocencia y la desnudez del crimen. Entonces, si perdieron los dones gratuitos, ¿quedaron en estado de natura pura, en estado normal, como si dijéramos? No: quedaron lastimados y con una maldición encima. Pero si a mí me quitan una cosa añadida, una cosa de lujo, no quedo lastimado. ¡Ah, es que la gracia no es una cosa añadida ni de lujo! ¿Por qué? Lo más que puedo darles es una comparación: supongamos que un Príncipe nace en el palacio de un Rey y es criado para Rey, con toda clase de lujos y ventajas; supongamos que lo destronan y tiene que ir a vivir a un monte salvaje en medio de brutos animales y hombres brutos. ¿Será un hombre normal, igual que los otros? No, será inferior a los otros, que han vivido siempre en el monte. ¿Por qué? Porque no estaba hecho para vivir en el monte. Por el hecho de haber sido criado más elevado, ahora está más rebajado; y así los teólogos dicen que por el pecado original el hombre quedó "privado de lo gratuito y lastimado en lo natural": "spoliatus gratuitis, vulneratus naturalibus”. Pero el misterio sigue lo mismo, después de la comparación de Billot. Pero es un misterio patente, como si dijéramos, porque la condición del hombre mortal es tan extraña que los mismos filósofos paganos, como Platón y Aristóteles, sospecharon aquí algún misterio. Platón dijo que seguro estamos castigados por algún pecado que hicimos en otra vida; y en cierto modo tuvo razón. Aristóteles dijo que el hombre era un animal incomprensible, sin instinto regulado en el comer y en todos los placeres desenfrenadísimo: "immane animal est homo, ad cibos et venerea profligatissimus”. El dogma del pecado de origen es como la luz negra; no se ve pero ilumina lo demás: "Si se elimina ese punto oscuro, todo lo demás se vuelve oscuro", dijo Pascal. Dese pecado hereditario fue limpia la Virgen desde su primer instante. Y así no sufrió la concupiscencia, o sea la rebelión de las pasiones contra la razón; no sufrió dolores de parto, que fue la maldición de Eva, no sufrió enfermedad en su cuerpo; y la muerte si la sufrió fue porque ella quiso (y Dios quiso) seguir a su Hijo en todo. Y por eso también resucitó y fue asunta a los Cielos, siguiendo a su Hijo en todo. Quien te apela Maristela, Flor del Ángel saludada, Sin cautela No recela La tenebrosa morada. Creada Fuiste para la Deidad Y toda la Trinidad En tí se encierra y se agrada. (P. Leonardo Castellani, Domingueras Prédicas, Ed. Jauja, Mendoza, 1997, p.339-343)