lunes, 30 de diciembre de 2013

LOS SIERVOS REPARADORES DEL CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

Presentación
La obra de los Siervos Reparadores del Corazón Eucarístico de Jesús fue fundada el 1 de Enero de 2008, Solemnidad de Santa María, Madre de Dios.
Es una fundación argentina, y se realizó en la localidad de Rawson, Provincia de Buenos Aires.
La Casa fundada se llama "De la Natividad del Señor y San José", y funciona en las instalaciones de la Parroquia del lugar. El Templo Parroquial fue inaugurado en 1907 y dedicado a la Inmaculada Concepción.
Allí reside la Comunidad religiosa masculina viviendo diariamente su consagración a Dios según el modo propio de los Siervos Reparadores y también atendiendo las necesidades de la Comunidad Parroquial, realizando actividades en pro de esta Comunidad, en especial el consejo o la Dirección Espiritual, la atención Sacramental, y también actividades con los más pequeños, además de la Catequesis.
Conviene tener presente que aunque la fundación de este Instituto supone en sus miembros una consagración religiosa bajo votos públicos, sin embargo no es el único modo de vivir su espiritualidad en el mundo. Aspiramos ser una Familia cuyos miembros estén plenamente comprometidos con lo expresado en el lema del Instituto, pero llevado a cabo desde el lugar donde Dios puso a cada uno. Las Comunidades religiosas, con sus miembros consagrados bajo voto, son como el corazón de la Obra, del cual brota la fuerza que ayuda a que los demás miembros no religiosos de esta Familia puedan hacer presente el Evangelio del Señor en el Mundo, especialmente asumiendo cada uno el espíritu Reparador.                                               Esta es la presentación del blog de los S. R.del C.E. de JESUS,  les comento que para nosotros fue todo un descubrimiento , por eso los invitamos a que accedan a sus paginas y las recorran,para poder informarse y al mismo tiempo poder dar difusión a una obra que reza el rito Tridentino.

martes, 24 de diciembre de 2013

FELIZ NACIMIENTO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Cristo quiso nacer en la mayor pobreza, quiso hacernos ese obsequio a los pobres. La piedad cristiana se enternece sobre ese rasgo y hace muy bien; pero ese rasgo no es lo esencial de este misterio: no es “el misterio”. El misterio inconmensurable es que Dios “haya nacido”. Aunque hubiese nacido en el Palatino, en local de mármoles y cuna de seda, con la guardia pretoriana rindiendo honores, y Augusto postrado ante El, el misterio era el mismo. El Dios invisible e incorpóreo, que no cabe en el universo, tomó cuerpo y alma de hombre, y apareció entre los hombres, lleno de gracia y de verdad: ése es el misterio de la Encarnación, la suma de todos los misterios de la fe. (R.P: Leonardo Castellani)